15 consejos para hacer más responsables a los niños y niñas
- Alejandra Molano
- 6 oct 2021
- 3 Min. de lectura
Actualizado: 8 oct 2021
Autor: Kenya Giovanini
fecha: 29 julio 2021
Revista: Expok, comunicación de sustentabilidad y RSE
Palabras clave: #Educación, #Ambiental, #Jóvenes, #Consejos, #NuevosHábitos.
La autora del artículo reseñado a continuación es comunicóloga en formación por la UTEL. Melómana, cinéfila y amante de la cultura pop. Ha desarrollado contenido para Revista Kuadro y actualmente trabaja como Asistente Editorial en Expoknews, donde se encarga de curar el contenido más relevante sobre responsabilidad social, diseñar la síntesis diaria y crear contenido entretenido acerca de estos temas.
En el artículo “15 consejos para hacer más responsables a los niños y niñas”, el autor hace referencia a los jóvenes de hoy en día, como educarlos para que sean responsables con el medioambiente y no cometan los errores del pasado. Se está evidenciando que los jóvenes cada vez más están siendo conscientes de la problemática, se preocupan por el medioambiente, por su salud y por su bienestar de ahora y el del futuro, saben que para conseguir un mundo sano hay que mejorar la situación actual, lo que implica cambiar, limpiar, recuperar, reciclar y arreglar.

Para ayudar a los jóvenes a seguir con una actitud positiva de cambio, a hacerlos más responsables, la autora menciona los siguientes consejos que pueden ser de gran utilidad: Enseñarles a que todos los problemas o casi todos tiene una solución, compartirles lo importante que es creer en que son capaces de resolver los problemas que se les presentan por más pequeños o grandes que sean; demostrarles y reconocer que siendo aún pequeños ellos pueden contribuir tanto dentro como fuera de su hogar, enseñarles sobre cuidado personal, ayudar en casa y el bienestar de su familia.

Enseñarles desde pequeños a no odiar las obligaciones, quehaceres o deberes, acompañarlos en el proceso y demostrarles que puede ser divertido; no negarle la oportunidad de ayudar o que colabore en alguna tarea sencilla, si le damos la oportunidad de hacerlo descubrirá por sí solo la satisfacción de hacer algo y de contribuir; tratar de no dar órdenes gritando, no decirle que es irresponsable, podría hacer el cambio y en vez de decir: ¡olvidas tu maleta, con qué piensas escribir en el colegio!, podría preguntar, cómo: ¿no se te está olvidando algo?, son pequeños detalles que hacen la diferencia.

Darles un poco de independencia y sentido de pertenencia a medida que van creciendo por medio de la rutina, seria bueno que el niño tuviera su propia lista de cosas que tiene que hacer durante el día y así vaya tachando las actividades completadas sin decirle nada; enseñarles la importancia de la puntualidad, hacer horarios, planificar, cumplir lo prometido; no castigarlos, en cambio toma el tiempo de escucharlo y luego explicarle porque está mal, enseñarlos a reconocer el error, aceptarlo y trabajar en corregirlo, los niños no se educan solos hay que guiarlos constantemente y no solo castigarlos, esto ayuda a que no guarden rencor u otros sentimientos negativos, a saber llevar sus emociones sin perjudicar a los demás o así mismo.

No darles todo lo que quieren, en el momento que ellos quieren, deben de entender que el dinero no cae de los árboles, para ello puede pagarles, después de que realicen tareas que normalmente no esperarían como: lavar el coche, ayudar a limpiar el jardín, etc.; si los niños ayudan a pagar por las cosas que han dañado aprenderán a que tienen que cuidar las cosas materiales, a no malgastar, o desperdiciar; enseñarles a ser humanos, a que son capaces de lidiar con ellos mismos y con sus problemas personales, ayudándolos a tener inteligencia emocional, a superar sus miedos, a ofrecer disculpas, a hacer las paces de una manera correcta, a tener paciencia, a saber escuchar al otro, a no echarle la culpa a los demás, etc. Por último dar el ejemplo de que si es posible.

En conclusión, es una buena señal ver a los jóvenes interesados y preocupados en cambiar los hábitos dañinos para el ambiente y para ellos mismos, por unos más sanos. No estaría demás que los adultos reforzarán esta educación ambiental con la implementación de estos consejos en la vida cotidiana de los jóvenes, para que las siguientes generaciones obtengan buenos hábitos, sean más humanos, más responsables, sean más listos aprendiendo de los errores del pasado para no cometerlos.
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